Los robles se miran al espejo entre la luz de enero. El ocre cálido se extiende, y mezcla y espanta al verde bello y frío. Mientras, el cielo duerme en gris, casi azul.
Me fijo mientras camino contra el viento en su reflejo: perfecto, como otro mundo igual, pero que no es el mismo. Viven en él las mismas formas, los colores. También el eco de las risas y los llantos. Aunque sean otras risas.
Y quisiera tocarlo con la punta de los dedos. Y no lo hago. Porque desaparecería, entonces, entre ondas suaves que el tiempo y el agua manejan. Porque su reflejo se tornaría mundo también. Sería esto, sería ahora, sería yo.
Hoy os dejo el vídeo del tema "El secreto de las tortugas", de Maldita Nerea; extraordinariamente vitales.
Besos!!