lunes, 21 de septiembre de 2015

OTOÑO DULCE




Comarca de Luna, León




Recibo al Otoño de la forma más dulce, entre las carreras de Humo a mi alrededor  y la mermelada de melocotón de Paradela, de los melocotones que ella, cultivó en memoria de Thor.
Sé que no será todo tan dulce; ni mucho menos. Aguardan días difíciles, aunque no sea ninguna novedad para los que vivimos a ras de este suelo nuestro. Tan español.
Quedan atrás los sofocos, los dolores de cabeza, los ojos hinchados por el insomnio que producen las verbenas cuando, como les pasaba  a  Ilegales (y a la menda), odias el paso doble; quedan atrás un montón de refugiados de guerras -que ¿son de otros?- y un montón de toros muertos (y menos mal que ya están muertos). Quedarán las playas vacías, vacías de gente, no de mar, ni de aire, ni de nubes en el horizonte. Quedarán los valles desiertos, también...
Pero nunca desiertos del venado loco por su hembra; ni de los frutos guardados en sus bosques.
Y todo se irá quedando dormido, poco a poco, anhelando el pronto sueño de la nieve, que acunará los deseos de comienzos futuros, de nuevas primaveras, de otras mariposas, de torrentes llenos otra vez.
El terreno se apretará con la escarcha para albergar la próxima margarita que pisotearán los que levanten nuevas alambradas. Y quizás, esté naciendo el becerro que recién abiertos sus ojos al mundo, no sospecha su final. Su injusto, inútil y humillante final.
Que dure el otoño, pues.




Iba a poner a Gene Simmons escupiendo sangre por la boca, evocando al dios del trueno, aprovechando que estoy optimista; pero me apiado, y me quedo con su clásico, creo que va de amor ;)
Kisses