martes, 13 de octubre de 2015

OTRA VEZ









Sólo me quedan dos cigarros. Bueno, uno y medio, ya. Miro arriba y veo la luz traspasar el laberinto de las hojas, marrones ya. Intento discurrir la manera de estirar el tiempo que transcurre entre otra calada, y el indigno paseo a comprar tabaco, otra vez.
Irónicamente, el tiempo acaba estirándose. Aunque sonrío, siempre tengo un paquete de cigarrillos escondido de mi misma. Así que, no hay prisa. Después de todo ¿quién tiene prisa por hacer esas cosas que pueden matarte?

 





Y sonrío más aún. Humo juega despistado con una hoja a caballo entre dos mundos. El que se va, y el que está llegando; el otoño, otra vez.
Pero nunca está despistado del todo, se lo hace. Mi sonrisa se estira tanto como el tiempo pensando en el pensar de Humo. Su mundo me parece tan sencillo....Sólo me sigue, una y otra vez, como el otoño. Si él supiera qué clase de pasos está vigilando, si adivinara que no van ninguna parte, queriendo ir a todas a la vez. ..seguramente, seguiría siguiéndome.
Probablemente  él piense "su mundo es tan sencillo, sus pasos son tan firmes, es tan claro su camino a través de la hierba..."
Entonces nuestros mundos se entrelazan un momento, de repente nos seguimos uno al otro en un bucle del tiempo que, se ha estirado tanto, que parece que ya ha ocurrido y al mismo tiempo, que ocurrirá más veces.
Todas esas veces en que hagamos todas esas  cosas que matan un poco cada vez. Esas veces en que las hojas sean de más colores que uno, mientras vamos a ninguna parte, y el mundo parezca sencillo, y sea otoño otra vez.