“¡Oh, Fischer, cómo puedes estar tan sereno, cuando el alcaide que ha de dar la señal de tu muerte, rojo por no llorar, pasea como una fiera la alcaidía!” – “Porque” -responde Fischer, clavando una mano sobre el brazo trémulo del guarda y mirándole de lleno en los ojo “creo que mi muerte ayudará a la causa con que me desposé desde que comencé mi vida, y amo yo más que a mi vida misma, la causa del trabajador, -¡y porque mi sentencia es parcial, ilegal e injusta!” “¡Pero, Engel, ahora que son las ocho de la mañana, cuando ya sólo te faltan dos horas para morir, cuando en la bondad de las caras, en el afecto de los saludos, en los maullidos lúgubres del gato, en el rastreo de las voces, y los pies, estás leyendo que la sangre se te hiela, cómo no tiemblas, Engel!“ -“¿Temblar porque me han vencido aquellos a quienes hubiera querido yo vencer ? Este mundo no, me parece justo; y yo he batallado, y batallo ahora con morir, para crear un mundo justo. ¿Qué me importa que mi muerte sea un asesinato judicial? ¿Cabe en un hombre que ha abrasado una causa tan gloriosa como la nuestra desear vivir cuando puede morir por ella? ¡No: alcaide, no quiero drogas: quiero vino de Oporto!”...
martes, 1 de mayo de 2012
Mañana es el día internacional de los trabajadores, una celebración en peligro de extinción. Os dedico la foto, la canción, y un beso a todos; a todos los que trabajáis, a todos lo que habéis trabajado; a los que se levantan de noche, y regresan de noche, a los que trabajan en condiciones precarias, reciben un salario miserable, se juegan la vida en la carretera, en los andamios, por los caminos. A los que quieren y necesitan trabajar, y no pueden; a los que disfrutan vacaciones insuficientes y cuando su jefe quiere; y a los que no las disfrutan nunca. A los que se toman el puto café a carreras, siempre, soñando con la primitiva (que no va a tocar jamás); a los que sufren acoso laboral, a los pocos abogados y jueces que lo reconocen. A los que trabajan en casa, cuidando de toda su familia. A los que nadie les pone medallas.
Y a los que trabajan mañana... Sí, mañana, y no precisamente por ninguna urgencia...
Una rumbita...?