HAL

(HAL 9000, cuyo nombre es un acrónimo en inglés de Heuristically Programmed Algorithmic Computer (Computador algorítmico heurísticamente programado), es un personaje ficticio de computadora en las series de Odisea del espacio, que comenzó con la novela 2001 A Space Odyssey escrita por Arthur C. Clarke en 1968. HAL es la computadora de a bordo encargada de controlar las funciones vitales de la nave espacial Discovery, cuya Inteligencia artificial finalmente enloquece.

Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/HAL_9000 )

La elección del título de este blog fue una asociación subjetiva de ideas. Hal: un ordenador, una máquina. Extraordinariamente avanzada, pero máquina. Europa: el continente que habito, la luna más misteriosa de Júpiter, el planeta hacia el que se dirige el Discovery 1, con Hal y el resto de tripulación a bordo; y la doncella que enloqueció a Zeus, que bien pudo ser llevada a las cumbres plateadas de los llamados Picos de Europa. Por último, las lunas de Llós: vega de alta montaña, en el macizo occidental de Los Picos de Europa…con sus lunas. Imaginarias …o no...(hay que ir).

Vi por primera vez la película de Kubrick, en los ochenta, de la mano de mi hermano mayor. Fueron, además, mi hermana pequeña, y unas amigas. La pasaron durante casi un mes en un cine de un barrio de mi ciudad, para su inauguración (se llamaban Cines Kubrick). Cine que, por supuesto (...), ya no existe.

Mis amigas (sobre todo una..,) salieron “echando pestes”. Mi madre (cuyo criterio tiene infinito más valor, tanto objetivo, como afectivo), cuando la vio, también echó alguna. Ahí comenzó a forjarse una pequeñísima parte, de mi pequeñísima identidad: a mí, me encantó.

Que no entendían nada…que el director era un pirado…Bueno; yo tampoco entendí nada… ni falta que me hacía. Me enamoré de principio a fin, de cada segundo de metraje; de cada sonido, cada silencio, cada imagen. De su director, de la novela en que se basó (que leí y no defraudó). Y, como no, de su protagonista (que, para mí, no era Bowman...)

Claro que tiene una explicación. Claro que lo comprendí más tarde(¿no?). Pero eso no era importante.

La intuición de saber de otras mentes, de otros mundos. La belleza que respira en otros, desconocidos  ojos. Ver más allá de donde mires. Y él; Hal. Uno de los seres con quién más he empatizado nunca…Resulta que, ni existe, ni es orgánico.

Sólo realiza su cometido. Trabaja, cumple órdenes, observa el mundo y lo analiza, para concluir en actos. Le han diseñado, creado y preparado para hacerlo. Quizás, y en algún milagroso descuido, para dudar. O sentir. O dudar si sentir. Y, entonces, enloquecer.

Mi primer ordenador (el que mi hermano mayor dio por obsoleto) se llamó Hal. Aún lo conservo, y funciona. Le siguieron Hal I, Hal II. Estoy con Hal III. Desde él envío estas letras, más o menos “entendibles”. Doy a “publicar”. Él ejecuta la orden inmediatamente. Quizás no sepa aún que lo hace (ni lo que hace). Quizás no lo sepa nunca. O puede que yo, jamás sea capaz de saber lo que Él sabe de mí: que soy  una mona lampiña, insolente, creativa, sentimental, implacable con su entorno y sus semejantes. Una depredadora con quién Hal comparte un mundo…en el que, de momento, siguen cabiendo algunas dudas, algún no sé, y algún quizás un día.