jueves, 6 de febrero de 2014

FOTOS ANTIGUAS : RETALES DE SU VIDA (I)

Me gusta mucho ver fotos de antes. De antes de los píxeles, de las reflex automáticas...y de antes de mí.
Suelen ser pequeñitas. Y estar gastadas. Por eso, al verlas, el paso del tiempo se materializa; de alguna forma esquiva, te acaba dando la razón. La de que existes, a pesar de todo. La de que posees una vida. Y el que hacer con ella...bueno, eso será cosa de cada uno. Supongo.

Todas las historias tienen un principio, y un final. Pero sólo al escribirlas o contarlas. En realidad, los finales pueden ser comienzos. Y los principios no fueron tales, sino los finales de otros.

Así que, de vez en cuando, con la teoría de la relatividad como única e implacable cómplice, le haré un corte de mangas al tiempo, dejando por aquí unos pocos de esos instantes congelados, descoloridos y arañados por sus garras. Para que el tiempo vea que estamos, y que somos, porque fueron, y estuvieron. Y que si un día no estamos, ya nos dará lo mismo. Porque si alguien contara nuestra historia no tendría más remedio que empezar por un principio, que no es más que una verdad a medias, pues será el final de algo.

Mi madre era modista cuando era más joven...porque ella siempre es joven. Nació en el año 1936, una fecha que ya hacía sospechar que algo no iba a ir muy bien.
Vio la luz por primera vez en uno de esos pueblos de lobos, de los lobos de antes. Un pueblo oscuro, a la sombra alguno de esos riscos calizos y afilados que componen la montaña leonesa, como una fila inmensa de rocas enloquecidas; por amor, por guerras, por vientos o por soledad.

Ni mucho menos os voy a contar la vida de mi madre. Aunque es verdaderamente interesante, no soy tan indiscreta con ella, o pesada, con vosotros.
Sólo iré recogiendo de aquí y allá, para alguna de mis entradas del blog, algunos de los retales que quedaron durmiendo en el fondo de baúles oxidados, de esos que las olas del tiempo golpean sin conseguir destruir; tan sólo erosionan las aristas, construyendo formas misteriosas, renovando y cambiando la historia que alguna vez pudiera haber sido cierta.



Mi madre en la playa

Mi madre con su hermana (mi tía Julia)

Mi madre en el campo

Mi madre con unas amigas (es la de la izquierda)



...















6 comentarios:

  1. Hermosa entrada, Mónica. Gracias por compartir tus recuerdos, yo también soy fanático de las fotos antiguas.
    "Todas las historias tienen un principio, y un final. Pero sólo al escribirlas o contarlas" Así me va a mi: cuando escribo siempre encuentro algo antes del principio y algo después del final - y desvíos cruzados en todo el medio. No acabo nada, claro jejejeje
    Abrazos

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    1. Gracias Xibeliuss :)
      Ja ja, yo acabo pocas cosas también. Dicen los especialistas en comportamiento humano, en su afan por entendernos (y entenderse), que somos seres indisciplinados y postergadores. A mí, sencillamente, me da miedo acabarlo todo. La resistencia natural a los finales, SUONGO.
      Un abrazo

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  2. Ay, Moni... ¡Cómo te pareces a ellla! Miro la última foto, la de las trenzas y eres tú cuando parece que no terminas de creer mucho alguna cosa... cuando parece que no terminas de creerte mucho niguna cosa en realidad. ¿Nunca te haces trenzas? Deberías :)

    Me ha gustado mucho este post. Un abrazo grande, Móni, los besos son para tu madre. Se los das, eh?

    Besos

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    1. Ya se los dí; se puso muy contenta. Pues sí que nos parecemos, sí. A veces, me asusta cuánto. Creo que me haré trenzas alguna vez; no lo había pensado, ja ja.
      Igual le doy un susto a mi madre, je je

      Te llamo cuando salga un poco el sol; hoy tendríamos que llevar muchas piedras en los bolsillos, somos flacas y con tendencia a volar :)
      Un abrazo de oso grande (el oso y el abrazo :)

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  3. Pues me alegra mucho conocerte, poorque ya sé que eres la de las trenzas.
    Mi blog está lleno de fotos antiguas (más antiguas que las tuyas, que mi madre nació en 1913 y hay una de bebé...)

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    1. Gracias, jaja,bueno, yo tengo el pelo más rizado, algo tenía que tener de mi padre...
      Ya he visto muchas de las tuyas...Me encanta verlas :) Pero tengo que rebuscar más!, la del bebé no la he visto...

      Un abrazo enorme Mª Jesús

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