Nací en otoño; de alguna forma, todos nacemos en otoño.
Entre las sombras, donde los mercaderes ven tristeza y oscuridad, los desterrados encontramos refugio.
Cuando las ventanas de las casas se empañan al atardecer con el miedo de las buenas madres, las proscritas danzamos, con un sabor dulce en los labios, al calor de una hoguera.
Allá abajo recogen las yeguas y trancan las puertas. Aquí, desde el bosque, los nómadas miramos el horizonte.
El verano fue un invierno amarillo. El otoño es la primavera que regresa un momento a darte un último beso antes de la noche. Es la primavera que ha aprendido a amar.
El otoño ya está aquí : el sol ya no quema.
Pese a todo el "bombo y platillo" que le dan los informativos a los coletazos del verano, son eso....Coletazos.
No importa que aún venga algo de calor. Las noches ya son frescas, el aire huele mejor, entre otras cosas porque vuelve a existir el aire.
Los amaneceres no escuecen el los ojos cuando levantas las persianas medio dormida. Los atardeceres son los más bellos del año. Lejanos, como deben ser. Rojos, muy rojos...Los bosques comienzan a mutar, la luz es distinta, rebota en otros ángulos, mucho más agudos, resbala entre las hojas por toboganes sinuosos, hasta estallar reflejada en mil colores.
Mientras, Dana, mi gata callejera, ha tenido ya dos camadas. El gatito de la foto es de la última. Dana espabila en los otoños. Ahora Humo, un intruso para ella, la mosquea bastante porque le hace mucha gracia mosquearla, y mosquearme a mí, más. Se toleran cuando coinciden en la finca; pero sólo eso. Ni son amigos, ni lo quieren ser. Él corre de pronto hacia donde ella está refugiada, y empieza a saltar y hacer unas piruetas maravillosas delante de sus narices; Dana se pone a bufar y se hincha como una leona, en defensa de sus hijos y su pequeño reino conquistado. Y yo me pongo muy nerviosa...porque sé lo que es una gata vieja, libre y cabreada...y Humo, a pesar de ser mucho más grande, y mucho más Rey...no lo sabe.
Entre susto y susto, miro los nuevos colores. Las nuevas mariposas; las otras flores. Las flores del otoño no resuenan en el lamento del poeta que alaba las aguas bravas de Abril.
Miro también el vuelo de las golondrinas, las mismas que se fueron y volvieron, rozando nuestras cabezas. Pronto partirán en un viaje tan largo como las noches que vendrán después.
Y al final, justo antes de que Dana se escape corriendo como una sombra viva que Humo no puede ver y se encarame en su muro de adobe favorito, pienso en el fuego de un hogar. Creo que, cuando llega el otoño, casi todos pensamos en el fuego de un hogar.
Muy bonita entrada Mónica, el atardecer es otoñal total y del bosque con la música parece que van a salir las hadas. Dana y sus cachorros geniales.
ResponderEliminarUn abrazo amiga y feliz otoño!
Las hadas podían afinar un poco este otoño para arreglar algo del paro, y los problemas de la gente...Visto lo visto, harían mucho más ellas que lo que hay:)
EliminarGracias Fernando, un abrazo!
Precioso texto para unas estupendas fotos. Si la primera y la última me cautivó por la belleza del paisaje, la ternura de esta serie de gatos me conmovió y es que siempre he sentido una predilección especial por este animal.
ResponderEliminarBesos
A mi también me gustan mucho los gatos Antonia, y siempre he sentido admiración por su belleza, su elegancia, sus silencios y su independencia.
EliminarUn beso!
"El otoño es la primavera que regresa un momento a darte un último beso antes de la noche. Es la primavera que ha aprendido a amar" Es una primavera más madura, añado yo de mi cosecha, si me permites :)
ResponderEliminarYo también nací en otoño y bien orgulloso me siento: tomo sus colores por bandera; su luz como la estrella que me guía. Es la estación de las frutas, de la vendimia, de la cosecha. De obtener aquello por lo que has trabajado. Dejo para otros la adolescencia de la primavera y la modorra del verano :) (vale, exagero)
Hermosa entrada, Moni, y hermosas fotos. Me quedo con todas, pero destaco la de la luz flotando entre la arboleda. Eso sólo pasa en otoño, claro
Un besazo, Moni.
No, Dana no tiene pinta de querer amistades con Humo ni con nadie que se le parezca, me temo. Más le vale a éste respetar su territorio.
Jjeje, yo también exagero a veces...Pero no exageramos tanto, si nos dijeran que hay que quitar una estación de las cuatro...yo tengo claro cuál eliminaría pero ya. Aunque prefiero que no se proponga, y menos que se someta a votación popular. Popular...jejejje...que fijo que adoran el verano, se pueden ir de vacaciones a Panamá, Suiza, Miami...un montón de sitios.
EliminarDana es poco social con los perros, es verdad; y que necesidad?
Muchas gracias, Xibeliuss :) Un beso
Bueno...si se puede votar yo preferiría que cada estación retornase al tiempo no tan lejano en que lo eran. Cuando el calor del verano era natural, en los inviernos nevaba a cascoporro, la primavera era una intermitente sucesión de bellezas y arcoiris y el otoño... el otoño.
EliminarPero prefiero que no se vote. La democracia es una mierda, nunca sale lo que quiero yo :P
Cuanta poesía en tus bellas letras, Moni.
ResponderEliminarTus relatos siempre me conmueven. Tienen una fuerza exquisita.Tus fotos traslucen tu valioso interior.
Te envío un beso otoñal.
Muchas gracias Maripaz!!...Tú si que transmites fuerza, carácter y entusiasmo; eché de menos mucho tu blog en verano, el otoño me te trae de nuevo y me encanta:)
EliminarUn beso enorme (y otoñal también)
Que Humo se ande con cuidado... más sabe el gato por gato que por viejo :P
ResponderEliminarMe gustan toooooooooodas las fotos, pero recortaría todo lo que hay a la derecha de Dana... Oh, si me dejaran recortar a mí ,igual recortaría toda la derecha :P Y la del gatito, ayns, que bonita es :)
Un beso, Moni. No, muchos.
Pues sí, Humo es más inocente, aunque para pillarle...difícil lo veo, a ver si un día le grabo:)
EliminarNada de recortar, jajjjjj, lo de la derecha de Dana me mola, y en realidad, es su izquierda, jejejje
El gatito es una delicia, y no tiene miedo de Humo; hay otro superguapísimo y raro, pero ese no quiere "paparazzis" :D
Muchos besos:)
Ya va llegando Moni y nos volverá a dejar maravilla de colores.
ResponderEliminarMuy lindo el hijo de Dana tiene un color canela preioso. Tenemos una nueva parejina en el huerto, íbamos a a doptar sólo un gatito, al l final nos hemos llevado la pareja, si no iba a tener mal fin la gata. ahora se están acomodando a su nueva casa :))
Preciosas fotos.
Besos
Haces bien Laura...si esta se dejara coger...pero no; se deja acariciar (por mi), y mimar, pero coger no. Dana tiene su historia, quizás un día la cuente. La gata de mi cabecera de blog, es Humo, una hermana casi gemela de Dana. De la gata Humo, lleva mi perro su nombre:)
EliminarUn besazo!!
Aunque nací en primavera también soy de otoño y me gusta eso que dices, "El otoño es la primavera que regresa un momento a darte un último beso antes de la noche". Que no se acaben nunca las noches para que no haya que dar jamás un último beso.
ResponderEliminarQue empeño en recortar, ¿no recortará ya bastante Mariano?.
Me encandilan los ojos verdes y la cara de bueno que tiene el gatuco.
Un besooo.
Que nunca se acaben tejón:)
EliminarBesazos
Pues a mi me pasa un poco al revés nací en lo más crudo del invierno y por eso me atrae tanto la nieve aunque del otoño estoy enamorado ya que a mis bosques les da por ponerse hasta más guapos con todo ese colorido que todos año a año estamos esperando y que cada vez siento que llega antes (o seré solo yo).... y me pasa un poco como al Tejón, que ojos tiene ese gatoooooo. Fotazas todas y de la canción que decir, se sale...
ResponderEliminarSaludos y muchos.
El invierno y sus nieves también me encantan,
EliminarUn beso Carlos!
¡Estás sembrada en esta entrada! los dos textos diferentes pero sentidos acompañan a la perfección a tus imágenes.
ResponderEliminarSalu2
Gracias Juan Carlos :)
EliminarUn besazo