Sólo lo bello, y bellamente concebido, alimenta el amor. Pero el odio se nutre de cualquier cosa
De Profundis. Oscar Wilde.
Me estaba hartando.
El frío me había congelado las patas, pero seguían rápidas su camino. Después de años de pisar los mismos barros, las mismas hojas doradas. Después de tantos otoños de buscar lo mismo con mis extremidades heladas por el viento del norte, podía seguir caminando sin pensar, sin mirar, sin ver. Sin sentir.
Pero me estaba hartando. De apretar los colmillos al verlos. De disimular. De ignorar su forma de vigilarme, de mirarme, de decirme. Estaba cansada de aguantar sus insultos velados. Sus sermones vehementes sobre mi moral. Sobre mis uñas afiladas. Sobre mis ganas de cazar. Sobre mi lomo erizado. Sobre mi desorden. Sobre mi desidia. Sobre todo lo mío.
Me estaba hartando de sus parques y sus juegos en mis montes. Y de sus papeleras, sus semáforos, sus alambres, sus paredes, sus vallas y sus normas.
Hartándome de ser educada, de callar, de conciliar. De huir sigilosa entre las sombras, de salir de noche, de esconderme, de no poder morder.
Quería morder; podría morder. Lanzarme sin avisar, sin gruñir, sin tomar aire ni coger carrera. Podría avalanzarme en una décima de segundo sobre su cuerpo blando y perfumado. Desgarrar sin compasión primero todo su envoltorio de plásticos, que todos esos burdos colores se hicieran uno, el de la sangre. Podría descuartizar sus vulgares anhelos en un segundo, devorar después con hambre y sin saña lo que me estaba prohibido. Arañar sin esfuerzo toda el ansia y la soberbia que emana de cada uno de sus poros, verla derramarse sobre la hierba mojada de rocío, esparcirse hasta desaparecer entre el agua y la tierra que son mías.
Mirar ya saciada sus pedazos. Sin odio, sin rencor.
Sin culpa.
Al límite de mi hartazgo, vi aquella rama. Se acercaba tímidamente al tronco del roble que la cobijaba del viento. Escuché el sonido de los árboles zarandeados por la brisa: la olí.. Un sol tibio de Noviembre me acarició las patas; sentí un placer natural, extenso como la estepa; sentí mi propia fuerza.
Mi mandíbula se relajó, noté cómo menguaba el ritmo de mi respiración entrecortada. Me acosté una rato al lado de aquella ramita solitaria al resguardo de su roble. En mi bosque, que lo había sido siempre.
Pues mira, esta foto es de las que me gustaría hacer a mi, ¿seré envidioso?. Que bien luce la semilla del escaramujo buscando la protección de la corteza del roble.
ResponderEliminarPlacer emocional lo llamaría yo, Moni.
Un beso.
Jajajj, un cántabro nunca es envidioso; y además, siempre tiene razón;)
EliminarY una medio cántabra...igual:)
Placer emocional:)...Muchos besos
No sabía que era escaramujo. En Dorfli los llamamos garamitos, como a los de Santa Marina, o picaculos, de niña la posible relación entre ambos términos me generaba dudas burlonas :D
ResponderEliminarMe gusta mucho la fotografía, imagino una serie infinita: un garamito y luego una hoja, un garamito y luego una hoja... y el roble quieto, sólido, inmutable y abrazable como ningún otro árbol.
No hace falta ser lobo para sentirse así. Wilde tenía razón con lo del odio y con lo de la viudas a las que se les ponía el pelo completamente amarillo de dolor :D
Un beso, Moni
:D:D, Las viudas de pelo amarillo?? Jjaaa, puede ser:)
EliminarSi que hace falta ser una loba, jjejje, aunque se disfrace de cordera;)
Un besazo Vega
(Por aquí los llamamos tapaculos :D )
ResponderEliminarHay quienes dicen que la naturaleza es cruel, yo no lo creo: es un sinfín de relaciones entrecruzadas en las que no existe el abuso, que es un concepto puramente humano. Un lobo, como cualquier depredador, mata. Pero no ha exterminado ninguna especie.
La foto es de una sensibilidad que enternece, Moni. Y sí, Wilde también tenía razón en esto.
Un beso
Aquí también se llaman tapaculos, son muy astringentes, tienen muchísima vitamina C, en alguna postguerra creo que se han recogido para suplir la carencia de fruta.
EliminarNosotros somos crueles, formamos parte de la misma naturaleza que machacamos con la misma crueldad que al "contrario". Diseñados para hacerlo, pero también para saber cuando parar...se nos ha olvidado los segundo, a la loba, no.
Wlide debía ser cántabro :D :D
Un beso
Por esta vez, creo que tus letras superan a la foto que ya es insuperable. Texto y foto se engarzan en disputa por transmitir mayor sensibilidad.
El escaramujo, rosal silvestre, con sus bayas, los tapaculos que dice Xi, es empleado para hacer la rosa mosqueta. Sus semillas a macerar en aceite de almendra, por ejemplo... y ya está.
Gratis total:
https://translate.google.es/?hl=es#es/en/Preciosa%20imagen.%20Me%20encanta%20como%20has%20encuadrado%20esos%20cielos%20rojizos%20dentro%20dell%20puente.%0ALa%20foto%20tiene%20una%20luz%20preciosa.
Un beso
· LMA · & · CR ·
Eso me halaga, ñOCO :) Mira que me gusta la foto, pero también me gusta mucho escribir ...A todos nos gusta expresar cosas, claro:)
EliminarCierto, de ellos sale la famosa rosa mosqueta.
Jajjajj, y lo del puente? ..Eres mundial...sí, recuerdo un puente con el cielo así:)
Muchas gracias ñOCO...UN BESO
Obviamente, hubo un error en el enlace... ¡vete tú a saber!
EliminarEl gratis total es aquí:
http://belleza.uncomo.com/articulo/como-hacer-aceite-de-rosa-mosqueta-25055.html
1b
jJEJ..Vete tú a saber! A veces va por libre esto:)
EliminarPues sí me gustan mucho esas cosas, no por que las haga, que no tengo mucho tiempo ni paciencia, de momento...pero me encantan las plantas, y saber de dónde salen y cómo se hacen las cosas.
Un beso ñOCO! Muchas gracias;)