NOTA:
· Las rutas descritas en este blog, si bien en su mayoría serán paseos sencillos para disfrutar de la naturaleza y mostrar nuestra riqueza paisajística, deben practicarse de forma responsable. Cualquier paseo por zonas agrestes debe ser realizado con prudencia, equipo y materiales adecuados (agua, vestimenta adecuada y ropa de abrigo, alimento, dispositivos de orientación/localización...), poseer una forma física aceptable y unos mínimos conocimientos del entorno a recorrer.
· Se mostrará de forma gráfica el entorno natural, con todo lo que conlleve. Supone esto que, en alguna contada ocasión, puedan mostrarse imágenes que puedan herir la sensibilidad de algunas personas.
En esta ocasión hemos dado un paseo por el bosque encantado y encantador, en su mayoría de hayas, que se sitúa al pie de las estribaciones orientales del Macizo Occidental de los Picos de Europa. Concretamente el llamado Monte de Corona, localizado en el leonés Valle de Valdeón, en el entorno de la carretera que une las poblaciones de Posada, Cordiñanes y Caín de Valdeón, y que acaba y se pierde para siempre en la "Garganta Divina", La Garganta del Cares, el mágico río esmeralda.
El valle de Corona es un espectacular paraje al abrigo de dos de los macizos montañosos del Parque Nacional de Los Picos de Europa (compuesto por tres), el Occidental y el Central. Aquí , protegidos de las nieves y los vientos que surcan la vida en altura, dos mil metros justamente por encima, encontraron refugio, en otros tiempos, ganado, hombres, y sus vidas.
En Las Vegas, Las Aldas, Santiján, Corona (propiamente dicho), Sesanes....pasaban los inviernos, implacables allí, los ganaderos y sus preciadísimos animales, que habían aprovechado todo el verano (y si era buen año, parte del otoño) en los impolutos y expuestos puertos altos.
Son lugares con una Historia milenaria. Colmados de leyendas, de ritos ancestrales, de Reyes, Condesas, y "pobres de solemnidad". De paz y odios. De danzas alrededor de hogueras, y cruces alrededor de otras. Héroes y proscritos. Leídos, y olvidados.
Forjados al hierro que más cuesta doblegar, el de la supervivencia. El metal incandescente que sólo un maestro domina; entre el amor a su tierra, y el dolor de sobrevivir a ella. Un “ni contigo, ni sin ti”, perdido en el vacío inconexo y opaco que es el tiempo, pululando ebrio entre las últimas memorias, enterrado sin requiem tras mil resquicios de llambrias grises en la tormenta.
El sendero que lo recorre parte inmediatamente antes del Mirador del Tombo, y se adentra, en un recorrido suavemente ascendente, en un bosque de hayas, acebos, avellanos, tilos. Dominado por, como no, el omnipresente elemento en Picos, el agua...la humedad y condiciones particulares de este ambiente dan como resultado una vegetación exuberante; plagada de especies arbóreas, variedades de helechos, hongos, líquenes y musgos. Una flora digna de cualquier Edén, que alberga en su seno una también riquísima (y bellísima) variedad de fauna. Lagartos que son dragones, mariposas que son duendes, hadas que son venados. Urogallo, lobo, oso. Monstruos o dioses, caben todos aquí. Aún.
Estas poquitas fotos no hacen justicia a lo que allí se vive y respira. Después de un primer ratito de "toma de contacto", siento un "click" en la cabeza. Todo cambia: vuelve. Regresa ese Bien, perdido por ansiado, que riega los campos yermos, artríticos, que forman, hoy, la memoria y el sentir.
No es calma, ni paz, ni gozo, ni siquiera encuentro; sino más. ..Menos, por tanto.
Paraísos ajenos, al resguardo de miradas inquisitivas. Recónditos rincones donde esconder el alma, camuflada en la seguridad y la templanza del tronco centenario, y vestida con los húmedos tapices del tiempo, que, junto con el viento cómplice, despistan a furtivos cazadores de los corazones más vulnerables.
Sólo el vagabundo que atravesó desiertos, trepó mil riscos y vio el abismo de la desesperanza, lo reconoce al encontrarlo. Sólo "Los Conquistadores de lo Inútil", como decía Lionel Terray, saben de él....
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| Un escarabajo alpinista como centinela al que rendir cuentas |
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Vista hacia Cueto Agudos ( también llamado Pico de Comea, y Pico Cerredo, según la población)
.......Se queda como Torre Comea |
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| El artificio es endeble |
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| Vista hacia la canal (valle muy angosto) de Asotín |
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| Parecen novias |
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| "Me pongo cualquier cosa"... |
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| En el camino |
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| Extraños moradores |
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| Riega de Asotín |
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| Panorámica hacia el valle y Garganta del Cares (Hoz de Caín) |
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| Panorámica hacia el Macizo Central, Sector de la Torre del Llambrión (2642 m, aunque dicen que "ha crecido) |
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| "Zoom" al Central: Torre Diego Mella, Torre Delgado Úbeda y Torre de Peñalba; a su derecha, las laderas del Llambrión mecen al Refugio de Collado Jermoso |
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| Zona de Barrejo |
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| Escondida, perfuma las cumbres |
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| La magia del Hayedo |
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| La vida (por tanto la muerte) tiene de esto, también |
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| Y vida es el agua y, oculta, vida da |
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| Vista hacia Torre Comea y su séquito |
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| El arroyo de la Farfada (al regreso veremos dónde surge) |
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| Hacia Los Cabidos |
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| A estas alturas, aún hay neveros |
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| Vistas al valle y zona de Las Vegas |
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| Pare la roca al agua, y el agua, a todo: La Farfada |
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| "...y casi nunca voy maquillada..." |
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| La luz en Picos |
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Mirar atrás: ¿débil?....
HASTA PRONTO
Bibliografía y fuentes:
La Garganta del Cares, de Guillermo Mañana Vázquez
Visor Sigpac http://sigpac.mapa.es/fega/visor/
Mapas topográficos de Adrados a 1: 25000
Daniel Pérez Cuevas
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