Todos los días viene a mi ventana una abeja. Me viene muy bien para ir probando mi nueva cámara, aunque se notará que soy un desastre. En un pacto de "no agrasión" telepático, yo le dejo mi hortelana, y ella posa de modelo.
No sé si será la misma siempre, pero siempre hay sólo una. La miro, y la requeteveo. Y ella no se cansa de posar, ni de mis flores.
Supongo que es una Apis mellifera, pues su cuerpo está recubierto de pelos. Hasta le he puesto nombre. Que, naturalmente, y haciendo honor a la generación de la que vengo, es Maya.
Después de un rato de hartarme a fastidiar fotos, me digo....hay que joderse; lo que tiene una que hacer...
Y todos los días voy a ver si ha venido. Y sé que dentro de poco, cuando los vientos gélidos del norte escarchen mi ventana, no volverá más. Y echaré mucho de menos a este insecto puntual y goloso; a esta hembra infértil, OBRERA, que visita mis lunes al sol. Y que me hace olvidar un rato que vivo en un país con millones de parados. Y en una época en la que su especie, también se extingue...quizá por culpa de los zapateros.
Hasta pronto, verano...Bienvenido, otoño.
Ellas se extinguen por culpa de Monsanto, que todo lo arrasa con sus laboratorios de hacer dinero y muerte.
ResponderEliminarLos parados son víctimas de los bancos: mientras tengamos que pagar rescates para ellos no habrá dinero para consumir y las PIMES se vendrán abajo.
El fin de Monsanto y los bancos, es el mismo: hacer dinero ¿por qué no hacemos frente común con los animalitos?...
Eso es Mª Jesús; si puediésemos entendernos mejor con ellas...Abejas del mundo, uníos a nosotras!!!
EliminarSi ellas hablaran...
Y muchos de esos proyectos de investigación, para salvar el mundo, que realizan algunas Pimes (privadas!)...¿¿será un timo??. Yo era analista de laboratorio, y no tenía ninguna granja en África, uy...se me va... (ahora soy fotógrafa y escritora, ja ja ja ja ja ja.ja ja ja ja ja ja ja ja ......................), y podría haber visto cosas...Podrían haberse llevado las megasubvenciones que les dan las Juntas y el Estado (pisando a las de verdad, por lo del tráfico de flatulencias) , con la disculpa. Podrían haber puesto cuatro cajas con unas ¿abejas? en lo alto de un monte, y alguna en el laboratorio, en la "sala de juntas", o por ahí, hasta que aprenden -para eso son las prácticas- que lo del aguijón no es un farol de Linneo. Y, de vez en cuando, ir a verlas (investigar) dos o tres incompetentes (con titulación);y cada vez ir menos, que para eso está internete. Y a trincar, y a recibir aplausos, premios a emprendedores del año, y a hacerse fotos, y a crear puestos de trabajo (precarios, digooo, becarios)...Pero no; yo no ví nada. Nunca; es el miedo, que te hace imaginar pesadillas.
Ay! que penita. "No me tires de la lengua", decía el sapo a la mosca...
Un beso, y perdón por la divagación.
Me encanta el otoño. Pero ahora que lo pienso, la contrapartida es un montón de cosas que se van cuando él llega con su gris... Un abrazo.
ResponderEliminarEl otoño es mi favorito...pero hay que saber esquivar su arranques melancólicos y lloreros, tiene truco.
EliminarUn abrazo Darío.
No me gustan las abejas. Es verdad que hacen miel(que sí me gusta) y que no pican para nada como las brutas de las avispas, pero no me gustan... O no me gustaban hasta que me explicaron eso que había dicho ese fulano Einstein (u otro) de que nos si se extinguieran nosotros iríamos detrás, que igual no es tan mala idea, después de todo seguro que además de las cucarachas sobreviven los consejos de administración de los bancos y las eléctricas...me debe usté tres recibos, señora cucaracha, le voy a interrumpir el suminstro...
ResponderEliminarUn beso, Moni,
Oh, Alma, a mí me encantan; desde que las estudié, allá por el mil. Su sociedad organizada, sus henbras obreras, sus zánganos copulando a la reina...todo en sus sitio je je. Y su miel con antibiótico natural, sus casitas, sus danzas.
EliminarLas cucarachas descuida, que no se extinguen, no.
Un beso enorme