Cielo sobre el Palacio de Gaudí y La Catedral ( Astorga) |
(Me tomo un descanso amigos...Hasta pronto, besos!!)
No es que vaya a daros una receta milagrosa de un plato tan sencillo..."Huevos revueltos" también es la traducción de cómo, según cuentan algunos, solía llamar Paul McCartney a la canción que compuso a partir de un sueño que tuvo el otoño del 63 en casa de su novia Jane Asher. Canción que tras varios arreglos conformó la que hoy conocemos como "Yesterday". Probablemente, y a pesar de muchos... una de las canciones más bellas de la historia.
No sé porqué me ha venido hoy a la cabeza este tema melancólico, pues mi estado de ánimo es otro. Estoy contenta, lo digo tocando madera...porque parece que a las navidades ya les van a ir dando.
"Lo peor ya pasó..." solían decirnos las madres justamente antes de que nos endiñaran la vacuna con esa aguja terrible que nunca, nadie, entendíamos porqué tenía que ser tan larga. Estoy en ese momento, pensando en que lo peor ya ha pasado. Porque yo me lo creía. Me lo sigo creyendo. Y el pinchazo, entonces, casi no dolía.
Siento ser tan crítica con estas fechas, en realidad no soy justa. He de reconocer que la navidad me ha proporcionado algo muy valioso. Perspectiva. Frente a todo el artificio, hipocresía y postureo que anda suelto por ahí danzando entre luces de colores, se ha plantado el resto....todo el resto del tiempo en que sí tengo, y sí soy. Y ha ganado de forma aplastante lo segundo;)
Mirando el cielo crepuscular que se cierne sobre las torres del Palacio de Gaudí, echo la vista atrás; algo casi obligatorio cuando se acerca un fin de año.
Un año. Ese pedazo de tiempo (y espacio) que hemos acordado que tenga trescientos sesenta y cinco días, y todos esos segundos, que no pienso calcular, que habitan y componen esos días. Porque segundo a segundo es más fácil comprender...
...que no he llegado ni mucho menos a dónde quería ir. Que me perdí otra vez, y aparecí aquí. Que sí pasé una vez por el lugar que era mi destino, y que ese lugar me echó a patadas porque no pudo devorarme. Que no tengo ni idea de dónde estoy ahora, y que...muy extrañamente, me gusta. Porque dónde estoy ahora, que es a dónde yo no pretendía venir, me acoge con los brazos abiertos, con suaves laderas y nevadas cumbres. Me regala el aire y no me cobra peaje. Me da la libertad de quedarme o irme. De quedarme.
Puede incluso que sea el lugar más maravilloso al que jamás hubiera podido llegar, si me lo hubiera propuesto...
Feliz "año nuevo", y muy Feliz Vida Nueva, amigos...y un beso.